Catalogado como «el partido de todos los tiempos», «el superclásico de la historia», «la final más impactante de la historia» o «la madre de todas las batallas»: Boca Juniors vs. River Plate, por la final del título continental, acapara el enfoque mundial debido al contexto en el que —una vez más— medirán la magnitud de su histórica rivalidad.
Un superclásico a provocado el colapso emocional en todos los fanáticos de ambos clubes, así como el consumo desmedido de ansiolíticos y la masiva visita al cardiólogo, ante la que será una final de infarto. Y la alusión sobre el cardiólogo no es broma.
Roberto Peidró, Cardiólogo a cargo del Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad Favaloro, opina para el Diario El País: «Esta mañana recibí dos mensajes de pacientes que me pidieron que les adelantara los chequeos para antes de la final porque estaban muy nerviosos». La tensión tiende a aumentar con el paso de los días. Nunca se había dado una final de esta magnitud entre ambos rivales históricos.
«Las situaciones de estrés muy grandes como los enojos o las alteraciones emocionales, aumentan el doble el riesgo de infartos», acota el ex médico de la Selección Argentina.
Un Boca-River es sencillamente una experiencia religiosa. Según el periódico inglés The Observer, el superclásico se encuentra entre los 50 espectáculos deportivos que tienes que ver antes de morir, mientras que para el también británico The Sun, el superclásico jugado en el estadio de Boca Juniors, La Bombonera, es la experiencia deportiva más intensa del mundo.
Argentina ha sido la cuna de cientos de estrellas que brillaron en ese firmamento infinito llamado fútbol. Una productora inacabable de talentosos jugadores que marcaron la historia de cada generación. Hasta podría ser considerada el epicentro del boom futbolístico mundial, solo al lado de Brasil. Dentro del ámbito urbano del país de Maradona y Messi se han construido 66 estadios de clubes de diferentes categorías y 12 de ellos en la actual Superliga.
Boca vs River Plate
La madre de todas las batallas también alimentará la estadística del torneo continental. Es la primera vez que la Libertadores se definirá entre dos archirivales de la misma ciudad.
Las fechas las asignó la Conmebol, en un tweet, un día después de la clasificación de Boca Juniors en Brasil ante el Palmeiras, tras el empate 2-2. La primera final se disputó el sábado 10 de noviembre a las 16:00 (hora argentina) en La Bombonera, mientras que el partido de vuelta será en El Monumental el sábado 24 a la misma hora.
El desarrollo de un superclásico implica un altísimo riesgo. Ambas barras son las más fuertes del país y ya hay antecedentes de violencia desmedida dentro y fuera del estadio. Por eso es que en primera instancia se propuso que en ambos partidos se juegue solamente con la barra local. Sin embargo, el Ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, anunció que los clubes locales cederán 4,000 localidades en cada una de las finales de la Copa Libertadores. Previamente, el Presidente de la República, ex mandamás del cuadro Xeneixe, manifestaba públicamente su deseo mediante un pedido público “Que esta final quede en la historia como algo único e irrepetible. Disfrutémoslo”.
La última vez que se jugó un superclásico con la participación de ambas hinchadas fue en el 2013. En aquella ocasión se jugó en La Bombonera y ambos empataron 1-1. Lanzini adelantó para el conjunto millonario a tan solo 47 segundos de empezado el partido, convirtiéndolo en el gol más rápido anotado en un superclásico, y Santiago Silva puso el empate para el Xeneixe a poco de terminarse el encuentro.
«El que gane el superclásico ganará la gloria eterna», declaró el ausente en el banquillo del conjunto millonario, Marcelo Gallardo. El «muñeco» no puede dirigir ambas finales desde la banca de suplentes, ni desde algún palco del estadio por haber infringido el reglamento del la Conmebol Libertadores al bajar y darle indicaciones a sus dirigidos en el partido en el que se impusieron ante Gremio por 2-1.
El árbitro del encuentro designado por el ente sudamericano fue chileno Roberto Tobar, responsable del partido de ida, quien contó con los asistentes Cristian Schiemann (CHI), Claudio Rios (CHI) y Diego Haro (PER) en el duelo que terminó con un resultado de 2-2.
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